Se ha hablado mucho del coaching, se ha escrito mucho del coaching . . . y no se sabe qué es el coaching, no e...
Hay una parte de mi mismo que se sienta al teclado mientras otra parte de mí va repasando los temas, los títulos y va uniendo conceptos, frases, experiencias, cosas que van sucediendo en diferentes momentos y que parece que por un momento tuvieran un hilo de plata que las une.
Pareciera extraño hablar de creatividad y visión juntas, ya que el proceso creativo contiene mucho de incertidumbre y los resultados no necesariamente fueron pensados, dichos, expuestos, como pasa con la visión . . . y sin embargo están unidas poderosamente.
Una visión está relacionada con una idea, con un concepto, con una profunda insatisfacción, muestra de la manera más definida la incompletud, la búsqueda que alguien emprende para lograr algo.
La visión técnicamente hablando (dentro del marco lingüístico ontológico) es una declaración, que es un acto del habla generativo, esto es, que antes que se dijera no estaba "instalado" en el mundo, no tenía entidad. Esto hace que sea un recurso potentísimo, ya que marca la constitución de algo y un norte al mismo tiempo, porque a la visión se le pide precisiones.
Hay colegas que citan a la visión como una fórmula, en la que incluyen la pasión, la acción, el compromiso, el sueño y el amor, no en ese orden, sí como los componentes básicos para que esto suceda.
Veamos un ejemplo, para poder identificar cada uno de éstos componentes claramente: "Nelson Mandela al asumir la presidencia de Sudáfrica": Podemos decir que Mandela es un soñador, que sueña durante mucho tiempo con una Sudáfrica unida, aún a sabiendas de las dificultades instaladas a partir del apartheid, incluso viviéndolas en carne propia durante muchísimo tiempo, encarcelado, situación que por sí misma puede dar por tierra con cualquier sueño.
Ahora bien, él está encarcelado como lugar físico, a la vez que apela a otro de los componentes de la visión y es su compromiso. Él se va a sostener, porque tiene este sueño que lo llena aún en los momentos más difíciles . . .. Compromiso viene de "promesa con", y esto es lo que él se hace a si mismo y a otros. Una promesa que luego debe sustentar. Por eso, se recuerda un poema victoriano "Invicto" (lo podemos ver en la película homónima), trabaja fortaleciéndose y reforzando el sueño, se sostiene a sí mismo y a los que lo rodean y que conocen esta visión, no toma caminos alternativos...)
Para sostener el compromiso se necesita acción, actividades que muestren de una manera cabal que hay algo que se está formando, que la entidad empieza a ser sólida, consistente, que se la puede medir. Para ello la acciones se van depurando en pos de la visión, y van quedando claramente señalizadas aquellas que sirven y aquellas que no a los fines de la visión, y cuánta acción va a ser necesaria a priori para lograrla.
Por otra parte, la acción necesita de un aliado poderoso, que es la pasión, que templa el corazón y lo pone a disposición, alivianando la carga que puede ser el no obtener resultados en los plazos esperados, a la vez que permite inflamar la declaración al momento de contarla, como cuando Mandela (y volvemos al ejemplo), les dice que quiere una Sudáfrica libre, no sólo del apartheid, sino de las barreras socioculturales que restringen la comunicación de los grupos sociales entre sí y conforma un sistema de seguridad personal que propone miembros de los dos sectores antagónicos, los convoca y les dice apasionadamente cuál es su idea. O cuando cita a los empleados del gobierno anterior y se están yendo a su oficina, para decirles que él tiene la visión de una Sudáfrica que no se detenga en aspectos raciales y les dice que aquellos que se quieran quedar conservan su lugar, porque él y Sudáfrica los necesita.
La pasión es algo intangible, que puede palparse cuando está y deja una carga en su ausencia.
En cuanto al amor . . . qué decir que no se haya dicho, por ejemplo que es la emoción "base", junto con el temor, desde la que nos movemos. Ella es la que sostiene a la pasión, la que la alimenta, la que guía la acción y el impacto que ésta causa. Es la que lubrica el compromiso en los momentos en que éste flaquea y se pone áspero, lo suaviza y renueva, es la causa por la que soñamos, por la que vivimos.
El amor está en cada uno de los componentes de la visión y se lo reconoce por la calidad y calidez en la gestión de la visión. La persona que ama lo que quiere lo transmite de mil maneras diferentes.
Volviendo a la creatividad, y aunque parezca distante de la visión, vemos que no lo es tanto si analizamos un poco más en detalle su composición, ya que inicialmente necesitamos amor. Todo proceso de esta índole relaciona desde el amor al creativo con la creación, ya que se podría llegar a algo parecido sin él, pero sería como cuando un pintor, por ejemplo, frente al lienzo en blanco deje fluir lo que le surja o se fuerce a llenarlo, no sería el mismo resultado.
El amor del creativo estriba en tomar a cada una de las cosas que le pasa como una experiencia, abraza todas las circunstancias como únicas y como un aprendizaje, amar la búsqueda lo pone en un plano más elevado y a la vez más humilde.
También necesita acción, ya que necesita recopilar información, sostener demoras, construir contextos apropiados para que el poder creativo se manifieste, trabajar denodadamente en dar forma a la creación lograda, la acción es fundamental como soporte del proceso creativo. Incluso puede ser que se tenga que realizar varias veces una misma actividad para poder encontrar el momento creativo que transforme esa misma actividad.
También se necesita de pasión, aunque en este caso es sobre lo que no se conoce, sobre el misterio que nos rodea, el creativo es un apasionado de lo que no puede tangibilizar, poner delante, como también lo es de todo el proceso creativo en sí mismo, de las diferentes etapas que debe atravesar y que no son lineales, el creativo necesita estar apasionado para sostener el proceso y convencer.
Otro de los componentes que hemos mencionado para la visión y que es muy necesario, es el compromiso, ya que parte del proceso creativo es recopilar información sobre lo que sucede y otra parte tan importante como la anterior es dejar gestarse la idea, el "poner a fuego lento" lo que sucede, cuidarlo, sostenerlo, no desenfocarse desenfocándose, mantener activa la idea, hasta que aparezca "ése momento", único, irrepetible y que mostrará -como al correr un velo- una posibilidad.
En el caso del sueño, es en dónde difiere el enfoque tal como lo veo, ya que mientras la visión está plasmando un resultado "a priori", la creatividad no tiene un horizonte definido al que ir . . . y aquí entra el tercer componente del título, quiénes somos y qué observamos, porque nosotros estamos constituidos de ambas posibilidades, somos acción, tenemos pasión, podemos estar en el compromiso. Necesariamente avanzamos hacia espacios misteriosos, donde las cosas suceden por momentos, y en otros momentos saltamos hacia un objetivo claramente definido, somos capaces de sostener demoras y también de estar inflamadamente sumando voluntades a convicciones que no se pueden demorar en el tiempo, somos creativos y a la vez creados, somos visionarios y a la vez, hemos sido visionados.
Necesitamos de visiones para poder construirnos apropiadamente, necesitamos de desafíos y de provocaciones, elementos que plantea la visión, para dar sentido a nuestras vidas a la vez que necesitamos de la chispa creativa para sabernos únicos, irrepetibles y que podemos aportar algo al sistema al que pertenecemos.
Tanto la creatividad como la visión viven en el mundo de la posibilidad, de lo nuevo, del lenguaje generativo y nuestro observador también está signado por esta posibilidad, ya que la forma en que estemos en el mundo dependerá de quiénes somos y hacia dónde estemos mirando . . . y esto está ligado a su vez con la última palabra que contiene el título, la locura, porque el mundo no está preparado muchas veces para los visionarios y los creativos, no los puede aceptar, porque no tiene la flexibilidad para adaptarse a las propuestas que traen, y esto también impacta en ellos, ya que muchas veces se encuentran rechazados o al menos, ignorados.
Un ser humano ignorado en una sociedad es un recurso valiosísimo que esa sociedad se está perdiendo, la conexión con algo más grande, con una propuesta de mejora que de otra manera nunca tendrá.
A lo largo de todas las etapas del mundo ha sido "loco" ser apasionado, ser amoroso, ser comprometido, tener sueños y accionar sin condicionamientos ni restricciones . . . y gracias a toda esa locura hemos evolucionado momento tras momento, paso tras paso, era tras era.
Si no hubiera habido "locos" quizás esto no te podría llegar nunca, y esto mismo quizás sea una locura, aún así te pregunto: ¿Cuándo el mundo podrá ser espectador de la tuya?¿En qué momento vas a venir a enrolarme en tu visión?¿Qué nuevo invento traerás para mejorar este tiempo? Es ahora . . . te estoy esperando!